LA MEMORIA ESCRITA

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‘No hay nada más peligroso que la memoria escrita’ decía Simón Bólivar a un paso de la tumba, con su obra de unificación herida de muerte por los antagonismos y las ambiciones locales. ‘El Libertador’ no acertó en sus augurios: nuestros políticos de la actualidad, meros traficantes de empleos (en expresión de García Márquez), son ya inmunes al descrédito, les resbala cualquier maquinación descubierta, han afianzado el poder a base de abonar el infantilismo de sus súbditos, convirtiendo en chiquillos hasta a quienes no soportamos la menor contradicción. Las hemerotecas no sirven para nada, y la memoria es insoportablemente leve. También, ya, la escrita.

PALMARÉS

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En la foto, de derecha a izquierda:
Lira, 14 años, 4 casas, 3 municipios, 346 capítulos, 8 documentales, 1 largo, 1 medio, 2 cortos, 3 Champions League.
Mingu, 13 años, 4 casas, 3 municipios, 346 capítulos, 8 documentales, 1 largo, 1 medio, 2 cortos, 2 Champions League.
Y, de espaldas, Toga, 2 meses, 1 casa, 1 municipio, 1 capítulo, 1 Champions League.

MÁS MIEDO

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Este país desolador boga cada día más en su viaje hacia el pánico. Despertarse con otro mazazo es, a estas alturas de ‘la cultura de la Transición’, ley de vida. Ahora se rescata ‘el delito de pensamiento’, la discriminación ideológica para, en la práctica, impedir trabajar a un actor. Y no pasa absolutamente nada… El mismo país que se vertebra en torno a un ex-presidente de Gobierno que albergó la organización del terrorismo de Estado, de otro que movió al país a una guerra imperialista sin más argumentos que el mismo mal, de un tercero que cambió la Constitución para privilegiar el pago de la deuda sobre los derechos de los ciudadanos y de otro, actual, que dinamita a diario los principios de la convivencia y el bienestar a fuerza de leyes, todos sucesores de un primero que accedió al cargo tras un proceso de ‘desfranquización’, el mismo país que tolera un ERE ilegitimo de una corporación con beneficios, se permite poner en solfa a un profesional blandiendo el argumento de ‘respeto a las víctimas’. Siempre hay que respetar a las víctimas, a todas sin excepción. También podría hacerse, y pensarse en ellas, cuando, por ejemplo, se reponen películas financiadas, pensadas y rodadas durante la dictadura con la participación de profesionales ideológica y activamente comprometidos con aquel régimen. Incluso cuando se ven películas, se oyen canciones, se ven programas comprometidos con el actual y envalentonado régimen ‘democrático’. No hacerlo es un ejercicio de cinismo e hipocresía, generalizado, por lo demás. La discriminación ideológica, la segregación, es aplicar el miedo para mantener un orden que, tarde o temprano, defecará terror.

POSIBILIDAD DE PASAR BIEN LA TARDE

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Dejemos que nos crezcan
pequeños tréboles de ternura en el terreno del corazón.

Que los amigables gatos de la tarde
se acuesten al sol en el quicio de nuestras puertas
recibiendo a los transeúntes casuales o esperados
con la gracia infinita de sus párpados.

Después de cumplir con nuestro deber durante demasiado tiempo
sacaremos las sillas a la calle del mundo

para ver la última luz
cobijada en sus hojas.

ACOJONO

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Puedo asumir que ‘como hay crisis’, el personal reoriente el destino de sus ‘vacaciones’ y redescubra las casas cerradas en los pueblos, metiendo todo el ruido que trae consigo, y más; puedo asumir que la ‘semana de la fé’ se haya reorientado por las autoridades y el común, sin el menor rubor, a aliviar la falta de consumo mediante la farisea exposición de ‘perfomances’ callejeras plenas de absurdos que dejarían atónitos al mísmisimo Tristan Tzara; puedo asumir también que los bichos raros sean quienes se paseen por el campo con un libro de Natsume Soseki, y no con una escopeta, una ‘tablet’ o una Nikon de 3.000 €…Incluso puedo asumir que con un tercio del personal en paro esté la opinión acuñando soluciones del tipo ‘por un trabajo de 600 € me arrodillo ante el primer tipo sin escrúpulos que aparezca, si hace falta’ (y hará falta…). Lo que no puedo asumir sin acojonarme, porque identifica las causas de todo ello y advierte del futuro que se avecina, es que haya gente que critique…¡a Messi como futbolista! La memoria, su falta, es lo que nos conduce, siempre, siempre, al último mal. Podemos apostar el culo por ello.

CONTENTO

Solo puedo considerarme un privilegiado teniendo un oficio que me entusiasma, y me provee de tan excitantes sensaciones y estímulos. Hoy he pasado el día colaborando al lado de un fenomenal montador, para llevar a puerto el guion de una escritora magnífica, con las imágenes de un cámara perfecto, todo ello posible gracias al esfuerzo excelente de tres compañeras más al cargo de la producción, el trabajo de campo y la preparación para la edición, a lo que sumar un locutor espléndido y un señor sensacional responsable de la postproducción de sonido, más otro haciendo todo lo posible para mantener los tratos. Por si fuera poco, el programa, titulado ‘Vetones: el espacio ancestral’ ha contado con la colaboración de expertos de aúpa, Julio Gómez, Víctor Gibello y Alicia Prada, más Manuel García Álvarez. Excepcionales en su generosa aportación a nuestro cultivo. Programa que, por lo demás, y como ha sido el caso en más de medio centenar de nuestros trabajos, trata de lo que trata ¡por vez primera en la historia del audiovisual extremeño! Cuestión ésta que se reconocerá, mediante alguna tesis o similar, cuando todos los citados estemos criando malvas, como los propios vetones o todos los tertulianos de este mundo, quiera dios que, al menos estos, antes.
No escatimo los elogios porque me parecen oportunos y porque, además, me excluyo. Mi único talento es reconocer a los talentosos. Pero, con la que está cayendo alrededor y teniendo en cuenta que andamos con salud, y conservamos la paciencia y el buen humor, puedo enviar el mensaje de que seguimos haciendo un trabajo de personas contentas.

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O’Brien

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En las últimas elecciones generales votaron 24.590.557 personas, de entre las cuales la friolera de 17.804.573 apostó por los dos partidos que se reparten el gobierno desde hace más de 30 años. Otros 6.785.984 votaron por alguna de las 59 restantes candidaturas (si bien 3.835.315, más de la mitad, se repartieron en IU, UPyD y CIU). La abstención y los votos nulos y en blanco supusieron el 31% del censo, la mareante cifra de 10.361.756, aún así 468.937 personas menos de las que votaron al partido ganador.

Esas son las cifras. Aunque más de un tercio de la población no está representada en el Congreso -aún más si se toman en cuenta los votos que no propiciaron escaño alguno-, en realidad todos los días es fácil coincidir con alguna, de entre los más de veinte millones de personas, que apoyó y aún apoya un sistema corrupto y a una clase política que, según las encuestas sociológicas, son -al mismo tiempo- las principales preocupaciones de los españoles. ¿Cómo se explica esta absurda contradicción? Haberlas haylas, las explicaciones.

Recuerdo los tiempos de mi propio bachillerato, tiempo ha, en un colegio privado. De entre las personas que allí estábamos, en plena formación, rara es aquella que no ha ocupado su nicho social, predestinado. Podrías haber apostado el culo de que así sería: La familia convencional, el trabajo usual, los gustos mayoritarios, las costumbres ordinarias, la residencia habitual, el voto acomodado, el desdén ante el compromiso social, las obligaciones de consumo, el rechazo a la incertidumbre y al cuestionamiento, el pensamiento conservador. ¿Cómo se explica este determinismo? Haberlas haylas, las explicaciones. Interesados, pregunten por un tal O’Brien, miembro del Partido.

INTEMPERIE

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Es cierto que el paisaje de Torrijos que se observa desde la ventana del tren siempre me pareció el lugar que más se aproximaba al ideal infantil de la aldea y el campo: el solitario olivar a la salida del pueblo, las lomas doradas que añoran el cereal, la vía del tren degollando el ejío, las cumbres de las montañas como un azul y lejano telón de fuga…Una estampa campesina de colores cambiantes a poco de llegar al marasmo de la gran ciudad, o al poco de volver de ella. No es extraño que Torrijos fuera entonces el lugar que pudiera inspirar el escenario de la novela ‘Intemperie’ de Jesús Carrasco, que he leído en una tarde tras ceder a mi cerrazón de no conceder tiempo (al menos durante su vorágine) a lo aclamado. Y desde luego la obra del escritor de Olivenza ha sido aclamada con la desesperante y grandilocuente rutina en la que se esfuerzan los grandes medios y creadores de opinión en este país, deseosos de encontrar revelaciones y hombres creativos que apuntalen la perfectibilidad de sus criterios y las lecciones de sus, por lo demás, mediocres gurús.

‘Intemperie’ me resulta muy cercana como lector, esencialmente por su rigor en la descripción del contexto etnográfico en que se desarrolla: una trama de palabras, plantas, animales, arquitecturas, oficios, pertrechos, recipientes, usos y costumbres rurales tan literarios como cotidianos en según qué planetas. El mío, por ejemplo. Y el de autores como Víctor Chamorro, maestro de aquello que se llamó ‘tremendismo’ y también difusor de un realismo social que en la novela de Carrasco está incorporado a lomos del arquetipo: el del héroe del ‘western’, de la novela de caballería o de la ciencia ficción apocalíptica. Su exageración es tal -particularmente en la capacidad de resistencia física de los dos héroes- que solo cabe entender el ‘realismo’ en términos de alegoría, de fábula moral. Personalmente, cuento con que esta obra narra un tiempo posterior a la monarquía de Juan Carlos I, una época apenas anacrónica, desgarrada por la presión sobre la naturaleza y la degradación del ser humano por las élites detentadoras de los recursos, algo semejante a lo apuntado por Coetzee en su inolvidable ‘Esperando a los bárbaros’. Ello me lleva -con la ayuda de las declaraciones del propio autor, rendido a la pluma de la narrativa norteamericana de Carver o Ford- a asimilar el parecido con otras obras (de primer nivel, desde luego) con las que la novela guarda semejanza: relatos con pocos personajes, didácticos, inverosímiles y reflexivos de Cormac McCarthy como ‘Meridiano de sangre’ (el personaje del alguacil es una referencia obvia) o la propia ‘La carretera’, novela ésta de la que diverge, quizás irónicamente, en la capacidad de supervivencia y maña entre un niño criado en Torrijos frente a otro de, pongamos por caso, Minnesota. En cualquier caso la cita a McCarthy es producto tanto del argumento como de la preeminencia actual del autor de Providence sobre lectores y escritores.

Novela con fuerza en su representación del ingenio del héroe condenado a la huida (expresada de la mejor manera en las escenas del muladar); simplista en su redentorismo, pues son básicas, diríase que modelos de tramoya, las referencias al pecado y la pérdida de la inocencia ante la costra de desalmada violencia que sufre el niño protagonista; previsible en sus trucos para el ‘gran público’ (el empleo como bisagra de la figura del perro, ancla de lo sentimental; la cinéfila venganza armada desde el quicio de la puerta del cabrero, ángel de la guarda autóctono, exiliado tutor moral del protagonista, al tiempo su ‘alter ego’ ya anciano; la sagacidad del malvado, que aferra la obra al tópico del salvajismo a partir de la obsesión pedófila y, por extensión, a la crueldad de lo llano, de lo yermo), es ‘Intemperie’ literariamente mortal (en contraposición a inmortal) también por la evidencia de su simbolismo, el más explícito el de la lluvia purificadora, no menor que el Cristo de las tres potencias que corona la fortaleza (el castillo arturiano) en la que se instalan los fugitivos durante un lapso de su aventura. Memorables son, por el contrario, la alegoría de la naturaleza como auténtica madre de un ser humano en eterna orfandad ya en la apertura del relato, con ese nicho de arcilla que remite al útero primigenio, o el personaje lisiado hasta el surrealismo, tan propio del horror ante el monstruo (la bestia que conduce a la trampa del alimento) de los cuentos infantiles. No en vano estamos ante un cuento infantil (la versión embarrada del ‘Alfanhui’ de Ferlosio)…llevado a la lógica del creador contemporáneo -que apenas se permite la bifurcación narrativa al desviarse a contar, precisamente, las pesadillas del niño, ‘negativo’ onírico del exagerado ‘positivo’ en que transcurre la tragedia-: una fórmula en la que hacer congeniar ingredientes universales y reconocibles (el ‘dibuja tu aldea y pintarás el mundo’ de Tolstoi), no dejar al azar la cohesión de los elementos, ajustar un ritmo apropiado y que en algún momento trepide, y dentro del caos y la confusión más sangrienta, no poner límite a la esperanza. Además, por supuesto, de ‘transferir’ o poner al día las ceremonias de los clásicos y usar un ‘lenguaje propio’ (en este caso, la reivindicación del conocimiento de los nombres y el uso de lo pastoril) que destemple e impacte en el medio urbano… No es, en cualquier caso, tarea fácil. Pero la mejor fortuna es encontrar el sitio oportuno y el momento justo para ser aclamado allí donde a tantos otros, por lo mismo, se les vistió de olvido.

1914

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Y llegamos al centenario del año funesto. Desde luego que leí ’14’, la novela breve de Jean Echenoz sobre la Gran Guerra y sus conflictos humanos. Siendo una novela contundente, quizás refleja los modos de nuestra propia época, la simplificación hacia la brevedad, como demanda la sociedad de mercado. En el caso del autor francés es estilo, pero personalmente nunca acepté aquello de que dos veces mejor lo que ya de por sí es bueno y breve: podría ser el caso, pero la infame violencia, la atroz barbarie, la insolente impunidad de aquel tiempo no pueden, en mi opinión, ser contados en su inmensidad en unos pocos folios, por explícitos que sean. Tampoco una colección de fotografías o un documento sonoro y visual bastarían. De aquel estallido con el que terminó lo poco que nos quedaba de humanidad aún me sobrecogen ‘El fuego’ de Henri Barbusse; ‘El miedo’, de Chevalier; ‘Adiós a todo eso’, las memorias de Graves; ‘Sin novedad en el frente’ de Remarque o’ Tempestades de acero’, de Junger. Echenoz se aproxima más a la austera serenidad del Rouaud de ‘Los campos del honor’ o al clasicismo victoriano de Edith Wharton de ‘Un hijo en el frente’, o incluso, aún en su mayor dramatismo, al pragmatismo de ‘Adiós a las armas’. Las terribles experiencias narradas por los soldados/novelistas que las vivieron en primera persona aún me provocan pesadillas y una obsesiva culpabilidad por su sacrificio, proveniente, debe ser, de alguna vida anterior o bien de la sensación de que nunca se hizo justicia desde nuestro bienestar. Algo semejante a lo que ocurre con las víctimas de la guerra española. Solo en los tremebundos lances de ‘Los hechos del Rey Arturo y sus nobles caballeros’ de Steinbeck; la represión brutal de ‘Meridiano de sangre’ (Cormac Maccarthy) o la inaudita solemnidad de lo sangriento en ‘Los hombres del mar’, de Hansen he encontrado parangón (literario) con la brutalidad de una época, el verano de 1914, que es heredera y a su vez canal definitivo de milenios de violencia irracional en pos de algún cielo caprichoso.

A 99 AÑOS DE LA GRAN GUERRA

Haciendo el mal...

Este año tan reaccionario, tan indignante si se quiere en su día a día, también fue un año pedagógico: ni las ideas (dijo Cajal) ni el viento a favor duran mucho. Había que hacer algo con ellos. Y evoco:

 

El rodaje de ‘El mal del arriero’, cuarenta y cuatro días de completa satisfacción.

La emisión televisiva de “La tragedia de ‘El Salto de Torrejón’”, de ‘El lince con Botas 3.0′, otra vez (lamentablemente) los primeros en contar una tragedia silenciada.

La presentación de ‘El emperador estaba desnudo’, o el sabor de la complicidad.

Tener cada semana el privilegio de abrir la tierra y seguir sembrando posteridad, y con tan buena gente a mi lado. No es un huerto, pero da sus frutos nuestro ‘lince’…

Disfrutar del (excepcional) disco de ‘elautoGnomo’ -«Antes fue antes, ahora es ahora y es lo único que tienes» – y la contundencia del ‘Capitán Troner’ en «Las extrañas rarezas de Perro Lobo». En ambos, además, también figura mi nombre, para mi ilusión.

Ver ‘Amour’ (Haneke) en una sala de cine, y ‘Las nieves del Kilimanjaro’ (Guediguian), ‘La cueva de los sueños olvidados’ (Herzog), ‘El capital’ (Costa-Gavras) o ‘The guard’ (John Michael McDonagh) frente al televisor

‘Acto de servicio’ (Böll), ‘Ficciones’ (Borges), ‘Movimiento perpetuo’ (Monterroso), ‘El astillero’ (Onetti), ‘Bajo los vientos de Neptuno’ (Vargas), ‘Historia de un muchacho’ (Kawabata) o ‘Posesión’ (Byatt), en la terraza, la alberca, la playa, la cama o el coche.

La apertura de la librería  ’Baba Yaga’, un hermoso brindis contra el viento.

Andar hacia Monsanto, andar y andar por la Trasierra, desde la Chorrera hasta Piedras Labradas.

Y escuchar el ‘Réquiem’ de Mozart en la catedral de Westminster.

POSESIÓN

‘Amor, come manzanas mientras puedas’
Robert Graves

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Apareció misteriosamente en los estantes. No la compramos, nos la dejó en casa una gran amiga para compartirlo, un ejemplar muy leído, ajado por el uso, con marcapáginas en su interior del tipo clásico: envolturas de chicle, ticket de la compra… Se publicó en 1992, pero nunca es tarde si la dicha es tan, tan buena. Se trata de una lectura inolvidable, de un festín de literatura, un relato con una concurrencia de géneros y de épocas al que (para pasmo de cualquiera que se haya propuesto escribir) se le ven todas las costuras de la técnica, la estrategia y el hercúleo trabajo de su autora. Sin embargo, ello contribuye a una mayor excitación y goce, a una complicidad con su autora, que despliega su creatividad con la clase de naturalidad de esas vitrinas que, en las casas o en los museos, exhiben los platos, platillos y vasos en que se ha servido o se sirvió lo mejor de lo mejor. El tiempo de la pérdida de la fe, de la revancha de la ciencia, de la distancia de los cuerpos y su espejo en la vida académica y amorosa de nuestros días…’Posesión. (Un romance)’, de Antonia S. Byatt, una experiencia completa. Inolvidable, sí. Y mayor si es compartida

EN CABEZA AJENA

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Los ‘profesionales’ de Canal Nou entrevistan en la mañana de su última emisión a la ‘bestia negra’ del régimen valenciano, la representante de una plataforma de víctimas del ‘accidente’ del Metro, vetada durante años. A buenas horas…Vaya manera de dignificar su oficio: ¿qué han conseguido durante años de sometimiento al dictado de los políticos? Pues años de buen sueldo, poco quehacer y buena vida, lejos de la ética, la deontología y la dignidad profesional. Un pacto de corporativismo oscurantista con el resto de medios…para mantener al y el ‘status quo’. Y ¿para conseguir qué? El paro, el cierre, el fusilamiento colectivo. Es el precio que ha de pagar esa mayoría por haber ejercido de rodillas, al dictado de pequeños e infames tiranos, en vez de trabajar de pie, aunque fuera sirviendo cafés, fregando retretes o pastoreando cabras, lejos de la miseria moral de tener que callar las voces críticas. No será porque no se lo hubiera advertido esa conciencia que se les ha rebelado tan a última hora. Esa misma rebeldía por mantener el oficio y decir la verdad, demostrada a la desesperada, es lo que, de forma conjunta, todos unidos y sin necesidad de sentirse amenazados por la guillotina, dignificaría esa profesión, denostada en este país de mangantes y arrepentidos…Podemos esperar sentados. Nadie, o casi nadie, escarmienta en cabeza ajena.

Escritos breves en Facebook

23 de noviembre de 2013
A partir del férreo bipartidismo o ‘partido único’, la pérdida de soberanía a través del ‘retoque’ constitucional, las leyes ‘mordaza’, la impunidad de la clase política y financiera, y de los crímenes del franquismo, el trapicheo de indultos, la politización de la justicia, la corrupción generalizada mayor aún en las cúspides, la reforma laboral orientada hacia la precariedad y el paro, la ley de educación impuesta sin el menor consenso, el rescate bancario en detrimento de la salud y la educación públicas, la reforma de las pensiones y la edad de jubilación, el bombardeo del franquismo sociológico, el incumplimiento de los programas electorales, el ‘espíritu aventurero’ que nos lleva a la emigración, la inmundicia diaria de los medios de comunicación social, el riesgo de manifestar la opinión en público y tantos y tantos argumentos surgidos del orden político, mi conclusión es que la selección española de fútbol no debería disputar partidos en España.

22 de noviembre de 2013
‘Operación Agila’ la han llamado…Así que quienes ponían los títulos absurdos a las películas extranjeras (‘Jungla de cristal’, ‘El octavo pasajero’, ‘Cuando ruge la marabunta’,’La semilla del diablo’…) venia a ser un aspirante al cuerpo de la Guardia Civil. En cualquier caso, ‘agila’ significa ‘espabila’. Para aplicárselo al país entero.

18 de noviembre
Me entero de la sentencia del Prestige en el extranjero…Así pues, era cierto que aquello no eran más que unos ‘hilillos de plastilina’… Personalmente, y visto este país, no creo que haya nada que reprocharle a Albert Plá y su frase de referencia.

9 de noviembre
Gallardo continúa chantajeando a diez días del cierre de la Siderurgia, con su impunidad de toda la vida. Continúan sin asumir responsabilidades los responsables políticos de las millonarias ayudas públicas al empresario desde la instalación de sus industrias, continúan los medios dando trato de favor a un personaje que oculta innumerables irregularidades, a un ‘magnate’ que debería rendir cuentas a sus interlocutores, en la mesa de negociación, de sus multimillonarios derroches en inversiones frustradas y suicidas -en medios de comunicación y otros sectores-, de las cuentas en su ‘sede’ de Holanda, del destino de los beneficios de la ‘época dorada’ que duró más de tres lustros, de los favores políticos y financieros recibidos para su capitalización y de los fondos públicos usados para crear empleo precario. Lo que ha de frustrar a toda una comarca es haberse dejado engatusar por ‘visionarios’, aceptando que iniciativas industriales ‘contra natura’ durarían en el tiempo y supondrían la panacea, cuando el tejido siderurgia-cementera-¡polo petroquímico! era un castillo de naipes, una burbuja anacrónica creada por un devorador de plusvalías con planteamientos decimonónicos, y avalado por una cuadrilla de políticos nefastos y prepotentes, incapaces de gestionar con visión de futuro los recursos, extraordinariamente abundantes y hábilmente saqueados durante siglos, de la región. La autonomía, en Extremadura, solo ha servido para decorar el saqueo con el lápiz de labios de la modernidad y su consiguiente y heredada ética de la impunidad.

2 de noviembre
«… se ha confirmado que esos restos de semen llegaron a la camiseta (de la niña) durante las pruebas periciales, al contaminarse con restos impregnados en otros objetos que estaban siendo analizados al mismo tiempo, según fuentes del caso (sic).» El caso es el de Asunta Basterra, bajo ¿secreto? de sumario. Sin comentarios…Después pretenderán hacer creer que las pruebas forenses serán cruciales…Pepe Gotera y Otilio al rescate de la justicia. País de pandereta, oye…

Es evidente que periodismo es una carrera poco formativa…No hay más que fijarse, primero en que la hice yo mismo y después en las ‘opiniones’ de uno de sus catedráticos de la Complutense, entre las cuales figura, además de comparar a sus estudiantes con la policía de Pinochet, considerar insuficiente para comprarse un móvil su sueldo de 14 pagas de 4.000 €.

30 de octubre
Hace falta provincianismo y mal gusto para ‘honrar’ con una distinción de ‘ejemplaridad’ como ‘extremeña’ a una joven actriz nacida en Londres, de padre vasco y madre de Hornachos que acude a ‘su’ tierra a veranear y cuyo (indiscutible…) mérito es haber superado los castings de multimillonarias producciones anglosajonas, destinadas a cultivar el ‘refinamiento’ comercial y de consumo de las nuevas generaciones de chicos y grandes. El agente que reparte los ‘honores’ es, paradójicamente, un periódico ‘regional’, sin duda con una contrastada capacidad para a su vez contrastar lo ejemplar del trabajo de décadas de actores y actrices que se dejan las pestañas (y los impuestos, que no la esperanza) en el terruño, haciendo honor a los escenarios, en comparación con el poderío ‘ejemplarizante’ de la industria ‘universal’ del espectáculo. Al parecer, la ‘ejemplaridad’ como ciudadano de la periferia la dicta el número de personas que conocen tu nombre. Brillante argumento, propio de estos tiempos confusos. ¡Cuantos complejos imposible de sacudirse!

26 de octubre ·
Merienda de fútbol con el gato en las rodillas, sin sobresaltos…No he echado de menos ni las Voll-Damm. Resumiendo:el Barça volvió a jugar con 13: sus once, Florentino y, ahora encima, Ancelotti, con el característico ataque de entrenador ‘avant la lettre’…Don Vicente tiene que flipar, y no te digo nada si Molowny levantara la cabeza: en la ‘casa blanca’ se ha llegado a emplear a ¡Benzema! como revulsivo. Así las cosas, la diferencia entre un Valdés siempre concentrado y un Diego López sumido en la perplejidad de su fortuna, contribuye también a eternizar las distancias. Jamás de los jamases puede este hombre suplir a Casillas, ni siendo de Lugo como Cunqueiro. Todavía fuera de Betanzos… Lamentable partido de un Varane defendiendo a lo Jacques Tati (divertido sí ha estado, eso sí), irreconocible Messi, rechonchito, previsible y desconcertado como en los anuncios, y penalti como una casa a Cristiano para deleite de Pedrerol y compañía, que le sacarán punta no ya una semana, sino media temporada más, para hartazgo general de quienes no ven Telecinco y consecuente orgullo de Rajoy… El angustiado galés que ha fichado el Madrid, en la alineación como Beckham con el PSG: para salir en la foto. ¡Y eso que si es algo, es feo! Si no lo veo no lo creo, hasta donde hemos llegado…Si Berlusconi se lo pide, Ancelotti hubiera puesto a Ratzinger de extremo izquierda. Ahora, pues tres cuartos de lo mismo: en breve veremos a Gallardón abortando (sic) personalmente los pases de Khedira, como si hiciera falta alguien… Özil en Londres, Modric juega porque es bajito (¡¡ay!!, ‘o tempora, o mores’) y porque Isco no defiende lo que Italia exige, y Di María corriendo como pollo sin cabeza para agotarse y cuando le llega la ocasión, no controlar: es lo natural. Lo sobrenatural es que Sergio Ramos juegue de mediocentro en una plantilla donde abundan tanto que van a tener que abrir una parada de metro en Valdebebas. Un centro del campo así depende del azar, y esta vez salió cruz, cruceta más bien. El Madrid carece de último pase, lo cual es prodigioso cuando enfrente había por lo menos tres rivales de primer nivel en este lance, y en toda Europa solo quedaba …Özil.
Ahora bien, el modelo del Barcelona está agotándose, los matices (esos centímetros que Guardiola resumió dándose el piro) están ya en su contra: en cuanto pierda a su maravilloso guardameta, se le fundirán los plomos, pronostico. Lo miras ahora y siente uno nostalgia de ser arrollado. Mientras tanto, la plataforma Castor amenaza con financiar la compra para el Madrid de una estrella a la altura de Bale: a mi me gusta George Clooney, me parece un tipo inteligente. Y también hizo de Batman…

15 de octubre
En mitad de esta tormenta social, algo me llama particularmente la atención, y creo que no soy el único: entre las personas con posibles, ya sean ricos de cuna o recién hechos en las últimas décadas a base de tejemanejes, se ha instalado una soberbia, una arrogancia y una certeza de impunidad que supera la que, digámoslo así, venía ya de serie en los que habíamos conocidos desde los setenta hasta acá. Y esto es mucho decir. Antes, en general, había que lidiar con tipejos enteros y también desagradables, pero huidizos, peligrosos por desconfiados, como temerosos de su propia fortuna. Aliviados de no tener que rendir cuentas y explicaciones, sujetos los pies en la tierra por el pavor a la exposición. Ahora ya no: amén de conservar de forma rigurosa la chabacanería, de exponer con toda naturalidad la falta de base y preparación intelectual, y de creer con firmeza en sus ídolos, no temen a nada. Los resortes defensivos se han convertido en ofensivos. En estos últimos tiempos se ha instalado entre los ricos, esos parásitos, una doble sensación: junto a la tradicional de que se lo merecen, la novedosa de que son invulnerables. Y aunque se le vean todas las tripas a su inmundo mecanismo, aún así exhiben con ellas su inmaduro triunfo: el de estar convencidos de ello y estar a punto de convencer -gobiernos, medios de comunicación y dios mediante- a todos los demás.

4 de octubre
Cada vez que oigo hablar de una Declaración de Impacto Ambiental Positiva (como la del anterior gobierno a la Plataforma Castor) me viene a la cabeza la imagen de un alud…Y del asombroso trabajo de la PCRN para abatir al monstruo. Y aún algunos siguen fingiendo no darle importancia.

4 de octubre
Tras la tragedia de Montelusa, ¿aparecerán en los ‘medios’ a la hora punta los farmacéuticos, los profesores de piano y los peluqueros de las víctimas?, ¿quienes hallaron los cadáveres?, ¿quienes dejaron de dar auxilio al naufragio?, ¿los padres de los presuntos culpables?,¿los compañeros de estos muertos sin categoría? ¿el Papa? ¿las madres? Al día siguiente, traída por no se sabe quien, correrá lentamente la voz de que nadie tiene la culpa…

21 de septiembre
«…En ese sentido, resulta soprendente que Izquierda Unida considere una «barbaridad» el anuncio de los despidos hecho ayer, dado que esa formación ha sido la más beligerante frente a los planes de ampliación del grupo cuando quiso construir una refinería que, cabe recordar, al no salir adelante ha dejado de crear muchos cientos de puestos de trabajo.»

Párrafo del editorial del ‘Hoy’ respecto al cierre de Siderurgia Balboa, en el que ‘exige’ que se trate a Gallardo con la ‘consideración’ debida: Gallardo ‘es mès que un empresario…’ según ellos. Resulta incoherente con el resto del artículo este párrafo citado, pero revelador el que los ‘miles’ de empleos de la refinería se hayan convertido en ‘muchos cientos’.

Torres altas van cayendo por la necedad de sus gestores y la irresponsabilidad de muchos de sus actores. Lamentable socialmente, desde luego. Ahora, en que cayeran artefactos como el ‘Hoy’, poca cosa habría que lamentar. Pues tiempo al tiempo.

17 de septiembre
«El sociólogo César Rendueles critica a una generación tecnofetichista que quiere reinventar la democracia con herramientas controladas por el poder.

El autor sostiene que la tecnología por sí sola no provocará cambios en las estructuras sociales si no vienen de la mano de transformaciones políticas, sociales y culturales.»

9 de septiembre
Por cierto, la influencia del cine de Almodóvar en el discurso francamente putero, de coquetería cazurra, de la alcaldesa de Madrid ante el COI, deja a la vista que la realidad no solo supera a la ficción, sino también lo previsible del cine del manchego y del futuro de lo español…

El periódico Diagonal lo advierte, único casi entre los vergonzantes corifeos: ‘La candidatura olímpica pretende devolver a Madrid al ensueño de los años de la burbuja’. La manipulación, la propaganda, la voracidad de los ejércitos de la opinión esconde con voz de hierro la burda realidad: el asidero para la corrupción, para el desenfreno, la coartada para seguir envileciendo a una sociedad envilecida, la vía de escape hacia otro abismo paralelo a aquel que nos ve caer… Basta echar un vistazo al caso griego y sus devastadoras olimpiadas de 2004. ¡Nadie abre la boca para advertir de aquel fracaso que ha condenado a la clase media griega! De aquellos polvos, estos lodos. ¡Nadie plantea los contras!, mientras que los pros son suficientemente familiares: la receta de siempre, ladrillo, corrupción y ‘desarrollo’.La concesión de unas olimpiadas a este país sería motivo suficiente de exilio. Y no solo motivo: también habría de emigrar la penúltima esperanza de hacer de este Estado un lugar acorde con la razón, la inteligencia, la dignidad y la imaginación.

2 de agosto
Tengo la misma certeza acerca de cómo ha llegado a ser presidente español el presidente español, que de cómo han llegado a ser estrellas de cine (y directora…) la tal Penélope y el tal Javier. Los hilos de plastilina y el spot de lencería son las cumbres de un modelo de (cómo hacer) cumbre que nos definen como sociedad.

30 de Julio
¿Adónde vamos a parar? Continúa el folletín por entregas… No contentos con la filtración de un video (editado) del accidente ferroviario, ahora se filtra (café para todos, eso sí…) hasta el último detalle de la ‘caja negra’…¿Periodismo colaborativo? ¿Solo para este caso? ¿Caja de Pandora pret à porter? Una vez maquillada la imagen de la realeza entre féretros, prestas al olvido las víctimas y los protocolos, y elaborado el guion hitchcockiano del (falso) culpable ¿qué será lo próximo? En ascuas estoy…

28 de Julio
LA Alta Velocidad ferroviaria es el gran nido de la corrupción política y económica española, el gran pecho que amamanta el bipartidismo, el dinero fácil a los cuatro vientos, el despilfarro de lo público que se recorta en sanidad, educación y pensiones…Perfecto subalterno de la construcción y la burbuja inmobiliaria…No hacía falta una catástrofe para saberlo -en realidad, es de dominio público, como todo lo demás…ya sale hasta en ‘El País’…- pero ojalá termine algún día esta pesadilla que nos lleva a la ruina. El tono brutalmente irónico de este contundente artículo de la prensa socioliberal (sic) es el propio de quienes sabe amenazados sus puestos de trabajos y ya poco más se tiene que perder…

27 de Julio
Es obvio que las autoridades y responsables (incluidos los medios) están forzando (y sin autorización judicial de apertura de la ‘caja negra’ del tren) el estado anímico del maquinista hasta, probablemente, llevarlo al límite. Se trata de un linchamiento moral propio de la catadura de quien busca el chivo expiatorio siempre y en todo caso, en el que la célebre presunción de inocencia (que exige la clase política a diario, para sí) queda devastada a través de silencios, comunicados y declaraciones. Este accidente (no existen los accidentes, dijo Freud, y qué razón tenía) vuelve a demostrarme que España es un país condenado por los gobernantes y sus bufones (los medios, generalizando) a la ruindad más absoluta. Somos una organización de pequeños estados-cacique que solo se sostienen por el desvelo de una minoría social que asume siempre sus responsabilidades, desde la solidaridad, el respeto al prójimo y una infinita paciencia. La única salida para el ciudadano es, literalmente y ante la organización social de la que nos hemos dotado, que no le pase nada…En caso contrario, quedará abandonado a su suerte. Como las víctimas, como el maquinista, los eslabones más frágiles de una cadena de miles de millones de euros y mentiras.

26 de Julio
¿Qué aporta la inundación de imágenes de la tragedia? ¿Quién decide hasta qué punto? ¿Quién cuida del dolor de los supervivientes, de las familias, obligadas al espectáculo de las mantas, de los segundos previos a la muerte? ¿Qué necesidad hay de hacerlas públicas? ¿Aviso a navegantes de nuestra extrema vulnerabilidad? ¿Amortización realista del consumo -exigido a diario- de la ficción hiperviolenta? ¿Brutal propaganda de las instituciones y sus corruptos representantes, que destruyen lo público pero se rebozan en él ante las cámaras y la adversidad? ¿Vil vulneración del derecho a la intimidad? ¿Frivolidad sobre el enorme drama ajeno? ¿Juicio previo y generalizado a la labor de los expertos, tan carentes estamos de ellos?… Y ¿qué significa ‘luto nacional’, por qué nadie lo explica? ¿por qué los bomberos santiagueses estaban en huelga? ¿desde cuando hay quejas en aquel barrio por el trazado del tren? ¿Para qué sirven los medios de comunicación? ¿Quién asume la responsabilidad de un país tan previsible, siempre los mismos héroes, siempre los mismos villanos, siempre los mismos mensajes con las mismas maneras? En realidad, estamos muertos todos.

23 de Julio
En un par de años, Bárcenas, nulidad. Caso ‘ERE’, supremazo. Gürtel, 3/4 de lo mismo. Resto de casos, a la papelera. Aznar presidente y González líder de la oposición. Aznalcóllar reabierto… Y otro Felipe reinando. Y a otra cosa, mariposa…

2 de junio
«Se han perdido los valores, la educación y la profesionalidad». Y esto lo dice ¡¡¡Mourinho!!! Ya está bien, por favor, que paren este planeta que nos bajemos. Este torturador me persigue…Necesito una licencia de armas ya mismo. Soy miope, así que mañana mejor no salgan de casa.

27 de mayo
Circulo cerrado.

7 de mayo
La gestión municipal y autonómica con el Castillo de Luna, en Alburquerque, -cerrado, abandonado, difuso…- con la cooperación necesaria de una constructora, resume por sí sola la corrupción, la negligencia, la impunidad y la antipatía con que se ha hecho gran parte de la política extremeña desde ni se sabe. Y ahí sigue…

29 de abril
Falta muy poquito para un estallido social en Grecia que puede abocar (y como mínimo…) a un golpe de estado y a una nueva tiranía de coroneles…Tras las últimas medidas (15.000 trabajadores del Estado por despedir) va a cundir la desesperación…Si no, al tiempo…Y ya se sabe lo bien y fácil que negocian las ‘democracias’ europeas con dictadores…

10 de febrero
Esta noche, después de 48 años, un medio de comunicación (público, para más señas, para eso están) emitirá un documental sobre la tragedia del Salto de Torrejón: el mayor accidente laboral de la España posterior a la guerra; decenas de fallecidos y de familias rotas, silencio total durante el franquismo y durante la ‘democracia’. El poblado donde acaecieron los hechos se derribo y la placa con el nombre de los muertos se tiró a un vertedero. ¿Acaso algún medio de comunicación se ha hecho eco de semejante novedad en el día de hoy? No. Evidentemente, todo el mundo en los ‘medios’ está demasiado ocupado cogiendo número para la cola del paro. Suena desagradable, pero tampoco va a tener remedio…Será el pago por tantos años dorando la píldora a sus verdugos…

3 de diciembre de 2012
Si ya ha sido lamentable hasta el bochorno ajeno y propio el espectáculo de interceder por las bravas para propiciar el retorno del antiguo régimen (aún a sabiendas de que ni ya son Roma, ni nunca han pagado más que a los traidores, ni jamás han asumido la menor responsabilidad), no lo es menos el arrogarse ahora ser los ‘representantes’ de la ‘mayoría de votantes extremeños’ de IU, como insisten desde la cúpula de la corriente ‘alternativa’. ¿Qué clase de argumento es ese? Sólido no, desde luego. Hablar por hablar. Me parece que, en cualquier caso, pretender arriesgar con quienes hicieron durante casi tres décadas del déficit democrático, el chantaje y la persecución, el arribismo, el clientelismo, la mediocridad y la economía especulativa y escaparatista las banderas de su gobierno, es arriesgar demasiado. Para mejorarlos solo basta sentido común y no disponer de mayoría.

12 de noviembre de 2012
Solicitando humildemente en la Acrópolis a Esquilo, Sófocles, Eurípides y Aristófanes que todo vaya bien…y nos iluminen. Puestos a pedir… ‘El Teatro de Dioniso fue el mayor teatro de la antigua Grecia, situado a los pies de la parte norte de la Acrópolis de Atenas y formando parte de los témenos de Dioniso…’

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PEPYS EN ST. OLAVE’S

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Londres es tumulto, incluso en una semana perdida en noviembre. Pero lugar tan enorme propicia la alternativa de pequeños sucesos prósperos. La fortuna de que una boda -con apenas una veintena de personas en la ceremonia- deje abierta hasta tarde la pequeña Saint Olave Church, donde descansa para siempre Samuel Pepys, el autor de aquellos célebres ‘Diarios’ -su vida cotidiana en el XVII-, que convierten la ciudad en algo tan cercano. La parroquia desde la que Pepys contemplaba el gran incendio está hoy literalmente enterrada entre la arquitectura prepotente y fea -en comparación con el resto- de la City. En otro rincón, un cartel en la Immaculate Conception de Farm Street nos conduce a asistir esa misma noche a un prodigioso ‘Requiem’ de Mozart, para coro y orquesta, en la Westminster Cathedral. Quedamos absortos ante un ritual musical tan potente como nada ceremonioso, ese lastre de la música ‘culta’. Cerrando los ojos, podías transportarte al tiempo en el que el vienés causara admiración en la corte de Jorge III, sobre cuya estatua de Cockspur Street se cagan hoy los pájaros, aún no con la suficiente inquina con que deberían hacerlo sobre la horrenda efigie de Ronald Reagan en Mayfair, ante la embajada estadounidense, en cuyo vecino parque se besan sensual y eternamente -sospechosamente, vamos- una pareja que parece recién salida de un filme de Tomas Alfredson.

Así, gastando suelas a troche y moche pudimos llegar a tiempo para adoptar a un ornamentado camello de madera que aguardaba, tan bello, a la puerta de un hogar de Ledbury Road,  al pie de una nota manuscrita: «I need a home, please take me’. Afortunadamente, al hermoso sabueso que olisqueaba los equipajes en el aeropuerto no le despertó interés alguno tan metafórica pieza, así que definitivamente viajó hasta su nuevo hogar desde esa esquina cercana a All Saints, de Notting Hill, una iglesia poco o nada convencional donde en largas mesas de burrillas se servía bebida caliente a los parroquianos. Muy cerca un gatazo desconfiaba de mi gusto por retratarlo delante de su policromada vivienda, consciente quizás de ser de los pocos capaces de aguantar estoicamente la multitud que recorre el mercado de Portobello, de precios tan disuasorios como 36 € un álbum de vinilo de segunda mano. No menos apabullante para el burgués meridional que las hileras de casas de Pimlico puede ser contemplar cómo los colegiales de uniforme, traje y corbata, juegan al fútbol inventado por sus ancestros, embarrándose sin dudarlo en medio del interminable césped cercano al Serpentine, mientras llovizna en Hyde Park. En Farm Street, el bullicioso sonido del patio del colegio Saint’s Georges se convierte en el silencio de un sepulcro en el mismo instante en que suena la campana del fin del recreo…dejándonos atónitos y meditabundos. Justo al pasar por delante de Sotheby’s, venden un Francis Bacon por un precio récord: nos pilla la noticia sopesando la calderilla para un Double Expresso. La exquisita amabilidad con la que nos enfrentamos al preguntar o conversar (sean párrocos, agentes, transeúntes, comerciantes…) acaba por convencernos de que noviembre es el mes ideal para toparse con gente atenta, y en el caso de Londres, con el esplendor otoñal del  Ginkgo Biloba, el árbol que resistió a la bomba atómica. En la exquisita Mount Street, uno de los bancos del parque está dedicado a la memoria de Alfred Clark, pionero de las grabaciones musicales y que residió en ese misma y coqueta calleja arbolada. Un detalle melómano en una ciudad musical hasta en los pasos de cebra. El Albert Hall programa estas semanas a Van Morrison, Bryan Ferry o Bob Dylan, tropa inverosímil para un servidor, o ideales para emular el anuncio de loterías español, para un cockney escéptico.

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Finalmente cedemos ante la exigencia de las distancias (solo después de haber andado desde Paddington hasta Temple tras cruzar Westminster Bridge, ante la estupefacción del recepcionista del hotel) y el metro nos conduce hasta el proverbial Kew Gardens, el irresistible destino de cualquier amante de lo vegetal. Cerca, el tenderete de panes británicos a cien pasos del supino jardín botánico huele -y sabe…- al espejismo de una paz universal. Todo un premio volver en el Underground comiendo pan solo, para pasmo de los turistas gaditanos que, en nuestro silencio, toman por londinense costumbre el tentempié. Es el del Kew un barrio rico de tiendas de toda la vida (barberías, librerías, instrumentos musicales, floristerías, carnicerías…) donde la zapatería la atiende una joven periodista madrileña que prefirió dejar su trabajo en ‘El Mundo’ para ejercer de exquisita dependienta emparejada con un biólogo inglés…Ejemplo, diría alguna gobernanta de ingrato recuerdo, de ese ‘espíritu aventurero’ que, según ella, mueve a la emigración a los españoles, en este caso a esta metrópoli del consumo. Y no precisamente topamos con cualquiera, sino con ex-ciudadanas de economías derrochonas: camarera catalana, camarera castellonense, dependiente madrileña, todas con licenciatura a cuestas, un inglés de primera y ninguna gana de regresar. 

«Nada importante ha sucedido hoy» dijo el mentado Jorge III en su diario el día que firmó la Independencia de los Estados Unidos. Por entonces ya estaría lejos de sus cabales… pero, como quien dice, suscribimos la frase del monarca. Nada importante, ni siquiera ver el Encephalartos altensteinii, la planta que ya conoció en su maceta del Kew la Revolución francesa, la Gran Guerra, Hiroshima o la aparición de internet…Si ella resistió las bombas de verdad, como no íbamos a resistir nosotros las de mentira, ese imperial culto al consumo que, detrás de la maravilla de sus parques, puede distraer a las multitudes de los pequeños obsequios de esta urbe colosal. El holandés Mondrian resumió esto -o algo semejante, o completamente distinto- en su Composition B (No.II) with Red. Visible en la Tate Modern, claro. Y por la voluntad…Los Museos magníficos son gratis, sí. El problema es costearse todo lo demás, a cinco euros la pinta de la insignificante Carling.

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CONCIENCIA

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Mínima recopilación de tres noticias de la prensa ‘seria’, como diría ‘El Jueves’. Opiniones, tres, recogidas en un mismo día en las portadas (digitales) de medios como ‘Expansión’, ‘El País’ o ‘El Diario’. Imagino el paso indolente y tranquilo, propio de quienes tienen la conciencia tranquila…

¡ACABEMOS CON EL ‘CINE ESPAÑOL’!

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El Gobierno continúa dándole a la gran familia del cine español donde más le duele: en la financiación pública de sus proyectos. Personalmente, estoy a favor del fondo y discrepo de las formas. Por decenas de motivos apruebo el estrangulamiento: no ha habido el menor atisbo de autocrítica; sus promociones se han apropiado de la referencia ‘cultura’ sin el menor rubor; la endogamia ha conducido a la esclerotización de las ideas hasta límites de asombro y se han quemado durante décadas los puentes para el aperturismo hacia otros modales y miradas, condenando al silencio absoluto quizás -y sin quizás- a lo más interesante de la producción nacional. La imaginación en la búsqueda de nuevas fórmulas creativas o financieras ha sido considerada bien un peligro en sí mismo, bien un elemento aspirable y, una vez aspirado, asfixiado sin piedad.

La calidad del gobierno (de los gobiernos sucesivos) ha estado sin duda a la pésima altura de los cineastas, considerando bajo esta denominación a todos los responsables en el quehacer de la industria. El ministerio de Cultura ataca de nuevo con la demagogia que caracteriza a los soberbios y a los ignorantes, y lo hace con el peculiar estilo de nuestros gobernantes: aplicando para los demás la medicina que rehusan para sí mismos. Es una obviedad que las formas son revanchistas e incómodas a la vista: la práctica totalidad de la actividad empresarial española es objeto de ayuda pública, y bien que se advierte sin necesidad de informarse. Sin embargo el mensaje píldora contra la subvención al cine es perfectamente digerible por los ciudadanos porque se ha convertido en un razonamiento cómodo, en un mensaje ideológico, en un agravio comparativo para determinados espíritus, tan insustancial en su argumentación como eficaz en su objetivo. Pero, suponga lo que suponga en términos comparativos, el ahogamiento del actual modelo del cine oficial en España es sin duda tan necesario como la propia desaparición del Gobierno. Que ya es decir.

Podría haberse hecho de otra manera, el cambio, me refiero, para ahorrarnos este escenario agónico y de mal gusto. Pero, curiosamente, nunca interesó a ninguna de las partes -fuera quien fuera el que gobernara-, por motivos diversos, con algunos de los cuales especulo, desde el hartazgo, al final de este texto. Bien, desde que se creó la fórmula mágica de financiación que consistía en la subvención directa -ideada por una cineasta, Pilar Miró- a través de comisiones ad hoc (esto es, al servicio del gusto y el interés de la familia), se esfumó cualquier expectativa de un futuro justo para los aspirantes a hacer cine en España. Al control maquiavélico y sistemático de los fondos públicos estatales por sus propios beneficiarios, se sumó el uso de las administraciones autonómicas y las televisiones públicas, especialmente TVE, como patas de beneficios para el productor, incluso antes del rodaje de un solo plano. Así se produjeron buena parte de la infame colección de películas de los ’80 y ’90, más un notable porcentaje de las de este siglo. El enriquecimiento de los productores y la conversión de los directores en sus propios financiadores, visto el escaso riesgo y con el consiguiente estímulo de sus ganancias, fue la característica esencial de un número cada vez creciente de los títulos realizados, al tiempo que se reducían las posibilidades de la periferia, de los excluidos por los acaparadores, cuyos nombres pueden consultarse en cualquier anuario cinematográfico desde 1977 hasta la fecha. El descuido de lo artístico quedó suplido con la generación de un estimulante empleo, del que pudieron gozar operadores, montadores, guionistas, eléctricos y sonidistas, más sus respectivos equipos y un buen número de empresas satélites, comprometidas con un modelo anclado en la picaresca más clásica, y a todas luces incómodo de reivindicar ante la opinión pública, como se demostraría con el tiempo.

La enfermiza situación empeoró con el apoyo sistemático de los programas europeos, como MEDIA, a los mismos proyectos que ya estaban bendecidos por las autoridades españolas (tanto políticas como corporativas), al aplicar principalmente criterios económicos para dar cobijo a la producción en cuestión, y más aún cuando se generalizó otra superchería: la compra de espacios y pantallas a través del pago a distribuidoras, para garantizar el cobro de más recursos públicos indirectos. Ello como consecuencia del pago a porcentaje de recaudaciones en taquilla, más que a menudo falseadas: así, el productor adquiría la cantidad precisa de localidades para asegurarse un botín superior a cargo del erario público. Las distribuidoras con más rango pasaron de ser compradoras de productos a influyentes recaudadoras, pequeñas centrales de tráfico cultural. También, en un alarde de estrategia en medio del sin sentido, se trabajó en pos de una simbiosis ordenada con los grandes grupos de comunicación, en un compinchamiento que exigía de la industria nacional el mantenimiento de una imagen corporativa al gusto de la gran audiencia, es decir, la apuesta por mostrar y perpetuar una réplica (casposa, esto sí) del star-system hollywoodense, aprovechando el desembarco exitoso de algunas estrellas españolas en California y Nueva York, y abonando aún más la semilla del desastre: a nadie le apetece ver desfiles de opulencia y glamour, o escuchar cifras y nombres millonarios al tiempo que se reivindica el fondo perdido de lo público como el oxígeno de un oficio. En este sentido, ni siquiera ha habido una campaña pedagógica desde el interior de la propia industria (la Academia o la FAPAE) que ayudara a difundir que la industria cinematográfica más poderosa del mundo, además de monopolística, es también la que cuenta con más ayudas públicas, esto sí, enmascaradas en abusivas políticas de protección acordes con su vocación ideológica y comercialmente imperialista.

Para colmo, la intervención de los canales privados de televisión vino a propiciar un modelo de argumentos aún más retrógrados, manteniendo el estilo elitista de producción, a lo que se añadió, como nuevo recurso o clavo ardiendo, la promoción -desde la propia industria y los medios- de los talentos capaces de imitar los moldes más costosos del orbe, al tiempo más cómodos de realizar y menos atractivos para la propia cultura cinematográfica: el cine de consumo al estilo contemporáneo estadounidense, repleto de aventuras de género fantástico, romántico, histórico, de catástrofes contadas desde la banalidad y el estruendo. Ello deja un campo abonado a que la élite de la dirección (el espejo de las nuevas generaciones…) sean personajes inmaduros, academicistas, inseguros, sentimentalistas, adictos a las tecnologías…y profundamente integrados en el status quo, que vienen a sumarse a la pléyade de maestros ya establecidos, capaces de perpetrar insignificancias muy personales ambientadas en la nouvelle vague, el neorrealismo, el cinema de qualité, el drama carcelario o el costumbrismo mariano. Los segundos a estas alturas no merecen ni comentarios, se bastan y se sirven para reivindicarse y progresar. Los primeros, los nuevos alumnos aventajados, firman un modelo imitativo que en otros países (como en Francia, o Alemania) también existe, pero que aparece sustentado en otro más exigente, arriesgado, incómodo y excepcional (cultural y creativamente hablando), y cuya financiación a través de herramientas fiscales y de inversión, ya testadas y a pleno rendimiento, aligera de presión al sector público y, lo que es auténticamente explícito, seducen al espectador, que apoya con entusiasmo (y dinero) tanto a unos como a otros. Ni siquiera son los grandes éxitos los que ayudan a los filmes de mayor exigencia y hondura: simplemente, coexisten, se complementan. Es más: ambos modelos se exportan con fluidez. En el caso español, salvo excepciones acaso honrosas, no sucede ni por asomo.

Sin embargo, la opción de piratear el modelo francés (amenazado por las presiones norteamericanas contra ‘la excepcionalidad cultural’, dicho sea de paso…) ha sido sistemáticamente descartada tanto por los gobernantes como por la gran familia, a pesar de su incuestionable éxito, y del consenso en la sencillez de su aplicación, habida cuenta del escaso gasto neuronal que llevaría implantarlo. Obviamente, su impulso nos pondría en condiciones de crear cine, de producir películas complejas, de abrir el campo a nuevos intérpretes, de ampliar el elenco de talentos, de técnicos, de empresas de servicios y de productores. Eso, en este país, es un riesgo que nadie quiere asumir. Y menos, el ‘cine español’. Sería tal la caída de los privilegios que ni nuestros políticos ni nuestros cineastas podrían estar por la labor. Y menos si se trata de salvar un oficio (y un negocio) que el amigo americano considera de su exclusiva incumbencia.

DELANTERO CENTRO

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El mal…el mal está en cada uno, la cuestión es donde está el límite del desgarro, de la enfermedad que lo haga aparecer con la violencia sin medida. En Cabanas, Fene, A Coruña, una mujer murió asesinada, violada, a finales de agosto: su asesino procuró no dejar huella. Ella vivía junto a una pista forestal. Apenas nada se sabe de la víctima y del criminal: investigarlo es complicado, una mujer muerta ha de ser apenas un síntoma, una anécdota. Semanas después, el gran carnaval se cierne alrededor de otro crimen, visiblemente chapucero, imitador de los guiones de Chabrol, ostentoso en su exhibicionismo, un reluciente ejercicio de impunidad. Una jovencita víctima es incomprensible, aberrante, descomunal. También aparece en una pista forestal. El exhibicionismo se contagia a los reporteros. La maldad elige a su presa más fácil, un cóctel explosivo de burguesía, arribismo, prestigio y salud mental. Todos especulan, divagan, averiguan, hunden sus miserias en las carnes recién despeñadas. La muerte es espectáculo, es motor de economía, de confesionarios: todo el mundo se aterra, hasta los chinos que asesinan recién nacidas chinas por decreto. Criminales en potencia somos todos. Como en el caso del delantero centro bien pagado, deprimido y solitario, solo nos falta concretar.
Y si concreta, entonces, será un buen killer. No es de extrañar. Y no debería haber nada que objetar. ¿Acaso no es el oficio mejor pagado por el capital?

BREVES Y ENORMES

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Ha sido (está siendo) el verano de los cuentos, de las narraciones breves. Con el valor de lo irrecuperable y lo azaroso, convivo cada día con el refinamiento, el ingenio y la poética de unas historias que me hablan de mi mismo desollándome de placer. Leemos en voz alta las ‘Ficciones’ de Borges, el ‘Movimiento perpetuo’ de Monterroso; descubro el ‘Diario de un muchacho’ de Yasunari Kawabata, ‘El espejo en el espejo’ de Michael Ende; atrapo ‘Los amores difíciles’ de Calvino, comparto los ‘Sesenta relatos’ de Buzzati. Militancia en las palabras, silencio cómplice con su enormidad.

EL ASTILLERO

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Envenenado por sus maravillas, últimamente solo leo novela negra…Mas acompañada de algún título de mis eternos (Böll, Sciascia, Graves, Tolstoi…) y de los altos fondos de las estanterías. Así, la literatura inmensa, tan lejana y tan cercana de Juan Carlos Onetti, cuyo ‘El astillero’ compré en marzo de…¡1989! y tras cuya lectura casi un cuarto de siglo después compruebo que muchos de los elevados hoy en día a los altares andarían en deuda con él (como Bolaños, sin ir más lejos). En ‘El astillero’ Onetti extiende el círculo de los farsantes a todos los hombres. ‘El poder devastador de la sociedad se mide en la novela por la voluntad desesperada de los caracteres de mantener su farsa’, según el estudioso húngaro Katalin Kulin. A veces la espera (o la tardanza) guardan un premio sublime.

ACTO DE SERVICIO

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Ningún periodista, ninguna periodista que se precie debería dejar de leer ‘Acto de servicio’, de Heinrich Böll. Tampoco ningún aspirante a juez, fiscal, abogado. Escrita en los años sesenta, muchos errores y frustraciones se evitarían si algunos de los profesionales de estos gremios les diera por leer. Y más concretamente, esta obra maestra, de la que, amén de su extraordinaria comicidad y fresca mordacidad, destaco una frase: ‘no espero que del molino de la justicia salga un solo grano de verdad’. Pues eso…

EL SUEÑO…

…se hizo realidad.

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Arriba, de izquierda a derecha Sonia Roa, Diego Luna, José Vicente Moirón, Alejandro García, Celia Prieto, Rafa Mellado y Ana Baliñas; abajo, de izquierda a derecha Jordi Macías, Alba Rebollo, Rüll Delgado, Roberto Calle, un servidor y Juanjo ‘Txi’ Rodríguez. No pudieron estar en la comida de despedida Ernesto Reguera, Carmen Sierra, Luis Hernández y Fernando Moreiro.

MOMENTAZO

Presentación del libro ‘El emperador estaba desnudo’ en Villafranca de los Barros, 9 de marzo de 2013.
A continuación, el preámbulo escrito junto a Ana para la obra. Una de las colaboraciones de las que puedo sentirme más orgulloso y más reconocido. Han sido años jodidos, pero han sabido a gloria.

Ana Baliñas y Pepe Camello copia

¿Recuerdan la fábula del traje invisible del Emperador, con el gallardo desfile de la autoridad en cueros, exhibiéndose ante el paisanaje, hasta que un chaval (inocente) grita riéndose: “¡Pero si está desnudo!”, quebrando así la frágil patraña del mandamás y su séquito? Pues bien, el título elegido para este libro, que recopila la experiencia de ocho años de movilización de la ‘Plataforma Ciudadana Refinería No’, no es caprichoso: expresa, como el propio género de la fábula, la voluntad didáctica que ha definido el trabajo de la Plataforma desde su inicio, desde su formación como tal. Una voluntad de pedagogía que, en cualquier caso, le vino impuesta desde el arranque de su actividad por la necesidad de ilustrarse a sí misma, de informarse para poder informar a terceros, dado el carácter ciertamente extravagante del proyecto a combatir (¿quién iba a saber de petróleo en el corazón de una comarca agrícola?) y la severa opacidad de la información gestada desde los promotores públicos y privados del proyecto, la instalación de una refinería en Tierra de Barros (Badajoz). El interés general, la salud pública, la educación social y la información veraz. Impedir los provechos ilícitos y los daños irreversibles. Finalidades de las instituciones democráticas, propuestas de un colectivo de ciudadanos empeñados, antes que nada, en saber y preguntarse, en conseguir formarse una opinión fundada…

Pero, retomando el cuento del corito emperador, la moraleja a extraer es que resulta muy arriesgado contradecir a los líderes políticos (a los ‘jefes’) especialmente cuando de una forma u otra llevan décadas consolidados en el poder y, además, éstos tienen por costumbre tomarse muy a mal las críticas, hábito que, a su vez, viene a enconarse con el paso del tiempo en quien ejerce el mando encastillado en su voluntad. Entonces, la actitud más prudente es callar y resignarse, cual vasallo, o asumir de forma complaciente lo vistoso del traje sin tela del Emperador (esto es, el pensamiento del gobernante) hasta, eso sí, que alguien cargue con la responsabilidad de dar la alarma, de ilustrar a sus convecinos, llevando a cabo aquello que Kant glosó: la liberación del hombre de su culpable incapacidad. La Plataforma Ciudadana se ha visto comprometida (en un arriesgado ejercicio de unión de voluntades muy diversas) a ejercer el papel del infante espontáneamente emancipado, que se atreve a usar la razón, a pensar por sí mismo cuestionando el criterio de la autoridad, comunicando al mundo (en el caso que nos ocupa, literalmente como han podido) la evidente trampa, la sin razón técnica y táctica de los argumentos de los promotores. A través de la enseñanza provechosa que cierra la historia en cuestión se ha expuesto la enojosa verdad que había detrás del propósito industrial: todo en él era un descomunal engaño, una farsa urdida por provincianos emperadores instalados en la prepotencia que da el secuestro por la democracia activa y el desdén por la participación de los ciudadanos en los asuntos que les afectan. Naturalmente, solo en una sociedad complicada con la ignorancia pueden brotar semejantes cesares. Y solo una soberbia descomunal puede llevar a éstos a pretender que un cambio tan significativo como supondría para las comarcas afectadas el advenimiento de una extraordinariamente informal ‘revolución industrial’ en las relaciones sociales, culturales, ambientales, laborales y económicas, podría ser impuesto de forma tan despótica como se propusieron.

Como es bien sabido, en julio de 2012, ocho años después de su anuncio como ‘una decisión política tomada’ y ‘un regalo de Reyes’, la Declaración de Impacto Ambiental ministerial declaró inviable el proyecto de instalación del Polo Petroquímico en el término municipal de Villafranca de los Barros, asociado a un oleoducto hasta el puerto de Huelva, dando la negativa por respuesta y dando la razón, no a los argumentos propuestos por la parte promotora, sino a los mantenidos por la Plataforma ciudadana Refinería No. El Emperador, efectivamente estaba desnudo. Pero hasta que el grito de la PCRN entre la multitud hizo posible esta respuesta, muchas cosas sucedieron: la presión en favor del proyecto, con los promotores, las autoridades y los medios de comunicación decididos a formar en las mentes una única visión de la realidad, fue grande, incluso muy grande. Quienes disentían se vieron abocados a una particular odisea. Durante seis larguísimos años, hasta su absolución, once hombres y mujeres aguantaron el dedo acusador y la amenaza de prisión… Intentar ser romántico y realista al mismo tiempo, preferir prevenir a lamentar y unir la sensatez en las opiniones a la quimera de esforzarse, pacíficamente, por defenderlas… El triunfo de semejante planteamiento merecía ser reconocido, pero casi nadie lo hizo. Así que, para seguir dando ejemplo y para poder reflexionar acerca de la experiencia para la posteridad, se escribe este libro participativo que recoge buena parte de los momentos cruciales de este movimiento asambleario histórico, ejemplo de eficacia, cohesión y espíritu de superación. Mezcla, unión, enlace heterogéneo de personas dispuestas a continuar con constancia durante ocho años lo que empezó de forma espontánea… Palabras que tienen detrás rostros, personas protagonistas del presente y celosos del futuro. Esencialmente, ejemplo de perseverancia en una tierra ligada a la paciencia de los huesos de oliva que encierran la semilla, a las ramas de la vid que a su tiempo darán frutos…

Nos sentimos, los firmantes de este preámbulo, intimidados a la hora de asumir su escritura, por un sentimiento de insignificancia en relación a la tarea diaria, esencial, cooperativa, útil, casi fabril, de la Plataforma. Y no es falsa modestia, ya nos costó trabajo asumir protagonismo en otros, en nuestro recuerdo, memorables momentos pasados juntos, que nos hicieron comprender y disfrutar del enorme calado humano del personal, de la gente de la Plataforma, que hasta estadísticamente se hace raro tanto bueno en tan poco sitio. Tanta generosidad, tanta coherencia… ‘¿De dónde habrán salido?’, nos preguntamos aún ahora. Nos lo preguntamos durante hitos señalados en estos años de movilización, cuando la jornada lluviosa y romántica de la toma simbólica de la Sierra de San Jorge, allá dónde se pretendía aterrizar con el descomunal becerro de fuel, o durante la noche en vela, reivindicando el ‘no’ en el Madrid castizo de los museos y las tascas. También durante las manifestaciones que marcaron las espaldas a porrazos en la palaciega Mérida del emperador, cuando las sonrisas irónicas en los rostros de los presidentes y su innumerable séquito estaban aún lejos de mudar a la estupefacción, o en medio de alguna de las conferencias más interesantes y con mayor afluencia a las que hayamos podido asistir, sobre temas como la economía, el estado ambiental de la comarca, la región o el propio planeta, organizadas por la Plataforma e impartidas por expertos que lo mismo te hablan de Krugman, Gramsci, Hegel en un auditorio que de Guardiola, Camilleri o Bach en la terraza del bar. O durante las rutas por todos lados proyectando este u otro documental, siempre en equipo, siempre con alguien para contar de viva voz que lo que se veía y oía en esa pequeña capsulita audiovisual estaba sucediendo, pero no nos lo estaban contado…

¿De dónde habrá salido, pues, ese espíritu, esa voluntad, esa fortaleza? Probablemente, de haberse criado y cultivado entre otros iguales a ellos, o incluso mejores, si ello es posible. La imaginación es libre: Gente capaz de ilusionarse frente a la luna llena, y de extasiarse ante el reflejo del sol en el agua. Ese tipo de persona, que a la vez que saca adelante una familia se toma un chato con un vecino, con turista o, hasta que se pusieron brutos, con un rival. Ese hombre, esa mujer que se enamora perdidamente del muro de adobe de un establo y no ceja hasta hacerlo suyo. Ese hombre y esa mujer que se quejan del precio del pescado en el mercado de abastos y se frotan los ojos cuando ven a su hijo vestido de novio, porque estaban a favor o porque estaban en contra. El mozo y la moza que consideran un privilegio sentarse al amanecer sobre la piedra berroqueña del molino abandonado, aunque todo el calor del mundo les espere al salir. Ese jubilado al que no le gusta, sobre todo, que le toquen los cojones metafóricamente hablando. Esos jóvenes que prefieren un dragón a San Jorge, esos señores que prefieren San Jorge tal como está, sin dragón. Y ahora ya por los cerros de Úbeda, hemos de decir que nos sentimos, pues, abrumados, y también, honrados por tener que haber escrito este preámbulo… Queda también la certeza de poder hallar entre los propios miembros de la Plataforma a quien contar con la espontaneidad y el rigor que merecen todo este tiempo de lucha, como quedará suficientemente ilustrado en las páginas que conforman esta obra. hay que aprovecharla en su valor: no siempre son los protagonistas quienes escriben su propia historia, menos aún cuando son gente de a pie, aquellos a los que la historia reduce a cifras en el marco de una batalla o en la trascendencia de una revolución. Como no siempre se da el caso de que se antepongan el interés general al egoísmo y la avaricia de unos pocos. Con la resolución de este caso, podemos, por fin dormir tranquilos. No sin ante leer el resto de la obra, que el prólogo llegó a su fin.

FRAUDE

La hez de la sociedad (corruptos, sórdidos, impunes, criminales) se revuelve, con su demagogia, contra aquellos que durante tanto tiempo han sembrado, a su vez, tempestades de prejuicios. Ministros y alcaldes gobernantes se revuelven contra la ‘cúpula’ de los ‘actores’, sin medir que la inmensa mayoría de los profesionales de la interpretación  (singularmente, aquellos que no salen en las peores películas y series de televisión, es decir, los auténticos actores y actrices) son de lo mejor y más cálido de la humanidad de este país. Unos y otros, los rostros consagrados de la política y la escena, son maestros de su teatrillo: la mentira, el elitismo, el ilusionismo, la endogamia, la sobreabundancia, la estupidez. Unos y otros han compartido cama y desfondando al Estado, en mayor y menor medida, pero sin el menor escrúpulo. Pretenden que entremos en su triste guerra. Que les jodan a ambos. Ni nos representan, ni nos representarán. Sencillamente, se necesitan.

CONMOVEDOR

A veces, uno se siente plenamente satisfecho de haber elegido su oficio. A pesar de, como en cualquier otro, los muchos desengaños, óbices, cortapisas y valladares. Porque también hay momentos para la recompensa, y ya tenemos edad para recibirlas con serenidad, sin haber perdido la ilusión ni el entusiasmo. Ayer noche y hoy día, después de la emisión del capítulo ‘La tragedia del Salto de Torrejón’, hemos comprobado el cariño con que, muchas veces, se recibe nuestro trabajo. Más, si cabe, del que empeñamos en él. Ha sido conmovedor leer y escuchar los comentarios acerca de un documental sobre ese olvido tan lleno de memoria que, personalmente, quería hacer desde hace mucho tiempo y con, precisamente, el tono que finalmente ha tenido. Personalmente, lo vi como si lo hubieran hecho otros, y me sorprendió la sensación de descubrimiento de su textura subterránea. Había mucho amor, mucha pasión, en las personas que participaron. Y si eso no me conmueve, nada puede hacerlo. Afortunadamente, hay gente con mucho amor y mucha pasión que regalar. De ahí que en días como hoy sea consciente de mi privilegio.

TROIKA

Sigo los efectos de la ‘Troika’ en Grecia por corresponsalía, y algo tuvimos ocasión de percibir ‘in situ’. Lo de Portugal es doloroso: incremento de precio en restaurantes y hoteles, y caída en picado de la calidad y también de los buenos modales; el país se ha ‘mourinhizado’: una compañía de teatro nos pide costes abusivos por cedernos operarios para el rodaje de la película, especulando además con espacios que son de titularidad pública; la desesperante burocracia lo invade todo; el alto estamento militar nos impide rodar en una localización de Elvas, ante el estupor de sus propios subordinados: habríamos dejado en el pueblo miles de euros en alojamiento y comidas, que se irán al limbo por la cerrazón de un individuo en Lisboa. En Extremadura, tampoco la cosa pinta bien: nos timan sistemáticamente con los menús del día (en Brozas, en Zarza de Granadilla, en Villamiel…) y alojarse cuesta más caro en un gélido hostal rural que en la calle Sevilla de Madrid. No hay descuentos por grupos: cuantos más lleguen, más ingresos a la corta, a sabiendas de que raramente volverán…Adif especula también hasta con las vías del tren que sembraron a nuestra costa, la de todos los españoles, operarios muertos y enterrados a causa de las penurias, o bien recién despedidos a causa de la muerte del tren. Por fuera y dentro de la región, las señales son advertencias: algunos quiere ganar más, o al menos lo mismo, aunque haya menos trabajo que antes, incluso menos trabajo que hacer. Se mantienen o se suben las tarifas en previsión de que dentro de poco no queden incautos que paguen las facturas. Quieren ganar como políticos porque de los políticos han vivido. Es el efecto de la inmisericorde doctrina del recorte: vivimos con la sensación de que todo mejorará cuando en realidad hemos chocado ya contra el muro.

SOBRECOGEDOR

La actual coyuntura en este país (ni más ni menos idéntica a la de los último treinta/cuarenta años, el que quiera que se engañe…) es sobrecogedora. Siempre lo fue…Juego de palabras, ‘sobre cogedor’. Una burla. Continua. Pequeñas batallas ganadas por irreductibles. A eso nos han reducido. ¡Ah! y a la ilusión por vivir en paz. Y aún así, acabaremos a hostias: el poder, acorralado, siembra el mal.

DIFÍCIL DE CONTAR

Es difícil de contar, pero no imposible
el cuento del emperador, del gran pez.
Ya lo dijo un poeta:
ligeros, como los hijos de la mar
alegres
como harina de otro costal
dispuestos,
como peces que saben que si el agua está contaminada
no se pueden curar
pero tampoco se puede curar el agua
si es el pez
quien no nada
feliz como simple mortal esperanzado, esperanzada.

 

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Ana Baliñas, 2012

RECENSIÓN

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“El mal del arriero”, es, será, un ‘polar’ de provincias, que diría Vázquez Montalbán, en el que un hombre obsesivo busca liquidar cuentas a través de un muy particular descenso a los infiernos. No sabremos con certeza cuál es el hecho terrible que lo ha vaciado existencialmente. La situación indica que tiene problemas (¿inadaptación?, ¿incapacidad de amar?, ¿desengaño social? ¿sin amigos en la infancia?…) que le conducen a esa suerte de aritmética, desde donde parte hacia el entretenimiento y de ahí irremediablemente al crimen, si nos permite Ionesco la perversión de su cita.

En este relato cinematográfico los hechos tienden a ser vehementes, aunque no se trate de una violencia explícita, y en ningún caso banal. El asunto es ir perfilando la personalidad del protagonista a través de un relato que, como en el tablero del Juego de la Oca, le lleva de casilla en casilla a merced del azar. Sería complicado tratar de condensar el argumento de “El mal del arriero” en unas pocas (o en muchas) palabras, pues se trata de una historia de engaños entrecruzados, de sugerencias que forman una tela de araña en torno a la obsesión. No tiene nada que ver, por supuesto, con un ‘whodunit’ (un ‘¿quién lo hizo?’, vamos), pero tampoco se reduce a una simple investigación, por lo que su estructura atiende exclusivamente a su originalidad y a su bajo presupuesto. Y al placer por el simbolismo, la elipsis y los fuera de campo.

”El mal del arriero” acumula el pesimismo, la farsa, la sospecha, el cinismo y lo fatal; desenvueltos en ciudades y espacios poseídos por un eterno desencanto y una decadencia criminal. Su historia conlleva un sabor amargo, son sus seres masculinos gente ambigua, arrogante, inútil, asqueada y conflictiva. Carece de héroes nuestra minúscula odisea. “En el mundo no hay nada desinteresado, nada gratuito”, dijo Camus. ¿E impune? “El mal del arriero” trata de la inexplicable concesión de la impunidad social, política, económica y criminal a los más imbéciles de nuestro cuerpo ciudadano, para quienes abusar de ella no es más que un juego.

TITULARES PARA UN PAÍS DIFUNTO

Críptico: Las 8,9 millones de pensiones no subirán para compensar el IPC (El Mundo)
Nauseabundo: 6,6 millones de pensionistas, el 70% del total, tendrán una subida del 2% (La Razón)
Impropio: Atraco a los pensionistas (Público)
Inútil: El pensionista medio deja de cobrar 436 euros por la decisión del Gobierno (El País)
Contemporizador: Las pensiones de menos de mil euros subirán un 2% y el resto, sólo un 1% (La Vanguardia)
Pecaminoso: El Gobierno subirá en 2013 un 2% las pensiones de menos de 1.000 euros (Abc)
Sin escrúpulos: Las pensiones inferiores a 1.000 euros subirán un dos por ciento (El Correo Gallego)

Inexacto: El Gobierno no actualizará las pensiones con el IPC (Hoy)

Explícito: El Gobierno dejará las pensiones sin el incremento del IPC (El Periódico)

Periodístico (a pesar de todo): El Gobierno no actualizará las pensiones conforme al IPC (El Diario)

ALLÍ

Nunca viene mal una semana de descanso. Siempre sabe a poco, en cualquier caso. Y más cuando nosotros, que no somos muy viajeros, pisamos Atenas. Después de sobrevolar el Egeo y poner pie en tierra (a Grecia debería irse por mar…), parece que llegamos para quedarnos. Aunque el aeropuerto es idéntico a todos los demás, el Areópago no lo es. Aquella luz de poniente lo ilumina todo de un modo sublime, irreal, desde los adolescentes que se arrullan hasta el oriental paisaje de una ciudad blanca que se extiende en la lejanía hasta atrapar a la isla de Salamina. Aquí, todos los nombres son leyenda. Dos días de huelga general nos esperan y tres más de transportes, razón por la cual tenemos que preguntar cual es el color de los taxis, que no circula ni uno, e incluso podemos recorrer a pie las avenidas presuntamente infectadas de tráfico. En la plaza de Syntagma, la infantería de los manifestantes se emplea al tran-tran contra los antidisturbios, que solo repelen a la muy minoritaria minoría que les envía cócteles ardientes. El resto aguarda pacífico (100.000 personas arriba o abajo) mientras descerraja un chaparrón que dura cuatro horas. Subidos a la verja de los Jardines Nacionales, intercambiamos impresiones con Antonios, padre de familia de profesión liberal cuyo sueldo ronda los 700 € al mes. Su enorme indignación es la propia de un tranquilo varón de más de cincuenta años que habla tres idiomas más que yo, que solo chapurreo el materno. A la mañana siguiente, el rastro de la manifestación es un velador de cristal roto alrededor del cual se arremolinan los ‘informadores’, mientras la normalidad de los transeúntes, los vendedores de prensa y los policías de paisano apostados en las esquinas atestigua que los medios han perdido ya los papeles por igual en todas partes. Y desde luego, los policías son cada vez más jóvenes.

Un pie tras otro, nos enfrentamos cada mañana a la vida del turista que no se arrepiente de nada. Comemos y cenamos donde nos apetece, a veinte grados de media. La ocupación de las hermosas y delicadas terrazas que abundan por doquier es mínima, pero la calidad de las viandas suprema, como la atención exquisita de los aburridos, o alarmados por la falta de público, restauradores. Bien es cierto que es noviembre, asi que comer cordero, ensalada griega, yogur con miel, su vino del país, la cerveza ‘Mythos’ y el correspondiente ouzo al pie de la Acrópolis (en la ‘Taberna de la Acrópolis’ propiamente dicha), mientras aprovechas para alimentar a los gatos del local, es una experiencia que para nuestro carácter representa el culmen de una vida civilizada, quizás alejada de la trascendencia de las palabras de Aristóteles, pero sin duda imbuida por el espíritu helénico… No es el único lugar en el que repetimos, pero resulta embriagador que de noche y de día, a cualquier hora, puedas disfrutar de una buena comida en un ambiente grato, servida con el único criterio de satisfacer con amabilidad. Los camareros de la citada taberna nos despiden la última tarde al grito de ‘¡¡No pasarán!!’, en castellano en el original, lo cual viene a decirlo todo de nuestra causa común, y del estado de las cosas al pie del Erecteion.

Vistos y disfrutados la Acrópolis, el templo de Zeus, el Keramikos y el Ágora en el silencio asombroso de la casi total ausencia de visitantes (irreal resulta que el toque de silbato para abandonar las instalaciones se dirija casi exclusivamente a nosotros…), disfrutamos también del ocaso en el monte Lycabeto, el Knyx y la colina de Filopapos, donde dejamos huella de nuestro asombro, que no cesa, cual rayo de Miguel Hernández. Perros toman el sol a sus anchas por ‘el gran olivo’, como llaman aquí a la ciudad, sueltos, bien educados, alimentados por los vecinos, incapaces los animales para la agresividad, mientras los gatos hacen lo propio, tomar el sol, en particular en Anafiotika, cada uno posando para una postal. Estampas asombrosas para cualquier español, para quienes perros y gatos callejeros son animales huidizos, sacos de pulgas en permanente lucha por su supervivencia…Aquí son cuidados por las comunidades e incluso por los encargados de las innumerables iglesias bizantinas que les permiten hasta tomar asiento en las sillas de su interior. Asistimos embobados a algunas de sus liturgias corales en Plaka o en Mitropoleos. Y la gente conversa con nosotros cuando descubre nuestra nacionalidad, unos en perfecto castellano para quejarse del trato vejatorio a las mujeres inmigrantes procedentes de los Balcanes o de las antiguas repúblicas soviéticas (el señor había estudiado en Cuba y viajado por su trabajo -que detestaba- por todo el mundo), otros en muy útil francés para enseñarnos Kapnikaréa. De nada nos valen las sucintas frases aprendidas en griego ni el lastimoso inglés para conseguir un café con leche a nuestro gusto. A los pocos días arrojamos la toalla y, personalmente, me dispongo a imitar la costumbre local y tupirme de posos.

Por necesidad, dedicamos dos jornadas al Museo Arqueológico nacional, cuyo contenido es sobrenatural. Cualquier descripción es inútil. Decir que embarga una sensación de plenitud y punto. El Museo de la Acrópolis aparenta una soberbia arquitectónica que en su interior se aplaca. Curiosamente, el edificio resuelve de forma ejemplar aquello a lo que aspira, mostrar la riqueza de sus colecciones y avergonzar a los británicos que robaron los frisos del Partenón. El Museo Benaki es todo grandilocuencia, el de Folklore y Cultura Popular todo humildad. El ambiente del Mercado Central de abastos resume a ambos y el excepcional Museo de Keramikos de arte funerario resume de por sí la existencia de la Grecia clásica y del ser humano en particular.

A la vuelta, queda la sensación de que en algún momento salimos de allí, pero fue mucho antes de que viajaramos a Atenas.

ESPERANDO A LOS BÁRBAROS

¿Qué esperamos aquí, en la plaza reunidos?

A los bárbaros, que hoy llegan.

¿Por qué tal calma en el Senado?
¿Por qué los senadores, sentados, no legislan?

Porque hoy llegan los bárbaros.
¿Qué leyes van a hacer los senadores?
Los bárbaros ya nos darán sus leyes cuando vengan.

¿Por qué el emperador se levantó tan de mañana
y se sienta en su trono, ante la puerta
mayor de la ciudad ciñiendo la corona?

Porque hoy llegan los bárbaros.
Y el emperador espera para recibir
a su jefe. E incluso tiene listo
un pergamino para dárselo en el que
ha escrito muchos títulos y nombres.

¿Por qué nuestros dos cónsules y todos los pretores
salieron hoy con sus togas recamadas y rojas?
¿Por qué llevan brazaletes con tantas amatistas
y anillos con brillantes esmeraldas cristalinas?
¿Por qué empuñan hoy bastones preciosos
de oro y plata tan ricamente cincelados?

Porque hoy llegan los bárbaros,
y estas cosas deslumbran a los bárbaros.

¿Por qué los buenos pretores no vienen como siempre
a decir sus discursos, a hablar tal como suelen?

Porque hoy llegan los bárbaros
y a ellos no les gustan retóricas y alocuciones.

¿Por qué ha empezado de improviso esa intranquilidad
y esa confusión? (Los rostros se han tornado todos graves.)
¿Por qué se han vaciado tan de prisa las calles y las plazas
y todos regresan a sus casas tan cabizbajos?

Porque se ha hecho de noche sin que lleguen los bárbaros
y algunos que han venido de la frontera
van diciendo que ya no existen bárbaros.
Y ahora, ¿qué será de nosotros sin bárbaros?
Esta gente eran de algún modo una solución.

Constantin Cavafis

FURIA

Pues nada, que los gloriosos amigos Geles y Luis me despachan el regalito: una cerveza ¡leonesa! que responde al nombre de Aora (compañía productora de ‘cervezas y maltas artesanas’) Furia (marca comercial de la cerveza Pale Ale en cuestión). Discutible diseño retro feísta (en fin…) en botella y etiquetas, traslado florida descripción de la casa: «Técnicamente esta cerveza artesana es una de la clase Pale Ale que hace una fermentación a alta temperatura con el fin de lograr una gran extracción de las maltas y conseguir una estructura que la hará fácilmente reconocible. Casi transparente y de color dorado claro. Aromatizada a base de lúpulo Nugget con notas afrutadas y de resina, así como herbáceas y florales. Espuma blanca, cremosa, consistente y de gran permanencia.Cuerpo medio-alto con un fino amargor, Retrogusto de notas tostadas sobre un fondo herbáceo, cítrico y floral. Cerveza elegante con elegante paso en boca, gran longitud y muy persistente.»

Una de las escasísimas Pale Ale fabricadas en España (como la Ambar 1900, por ejemplo), apenas cinco décimas de graduación superior a las horribles cervezas hispanas Pilsen por todos conocidas, es indispensable engullirla fría y rápido. El color no aventura nada bueno, es pálida como su nombre indica, pero sí el sabor, agridulce y aromático, casi excesivo. Aunque su agresividad termina pronto. Su presencia es efímera. Lo de ‘gran permanencia’ y ‘muy persistente’ que declara la propaganda viene a ser tan cierto como el programa electoral del bipartidismo…¿Qué habrían de decir de la permanencia de la Voll-Damm: ¿qué con una al año ya te queda el recuerdo? Amante perfumada y fugaz, aún así merece la pena esta Furia, si no se entra en comparaciones por arriba de la tabla. Y si no se le hace caso ni al catador oficial, ni al que le ha puesto nombre, por supuesto.

CUATRO…

…películas en lo que va de año. La última, la irregular ‘Tyranossaur’ (GB, 2011, Paddy Consedine), lamentablemente comercializada en este país como ‘Redención’ (el oficio de rabautizador de películas en España es el fiel reflejo del moralizante franquismo que nunca dejó de asolarnos). El caso es que esa es mi cosecha, hasta la fecha, del año 2012. Cuatro. Apenas presto atención al cine que se exhibe hoy en día, si bien guardo decenas de títulos interesantes pendientes de ver, y de autores muy ‘en boga’ (de países como Tailandia, Corea del Sur, México, Dinamarca, Irlanda o Bélgica, claro…) entre VHS, DVD y el disco duro del grabador, sin demasiadas ganas de echarles un vistazo. Tengo cierto apremio por ver ‘Le quattro volte’ italiana dirigida por Michelangelo Frammartino. Pero me cuesta creer que ya no le dedique apenas tiempo a una actividad que me llevó en el periodo 1983-1990 a acudir más de 1000 veces a una sala de cine, plazo en el que, y lo tengo anotado, llegué a ver ¡y reseñar! la friolera de 3145 películas, la inmensa mayoría penosas. Hoy en día, lo que me pregunto es qué cómo cojones hacía para vivir entre película y película. Algún recuerdo borroso, tengo… En cualquier caso, qué bien que, afortunadamente, me curé la chifladura. Por cierto, todavía hoy me considera algún conocido un pretencioso pedante cuando digo que con sólo ver los títulos de crédito ya puedo adivinar de qué clase de filme se trata y, si me apuran, si el plano final será o no una grúa, esa elevación anticipatoria con la que terminan nueve de cada diez películas norteamericanas. Aún retirado, soy como un cultivador de café o marihuana. Lo que no se sepa a simple vista, costará mucho tiempo aprenderlo. Y el cine no ha cambiado prácticamente nada desde Murnau, Chaplin, Lang o Welles. Y si lo ha hecho, ha sido para mal. Así que, si me apuran, visto el cartel, visto todo…