“Los discípulos de Poetzle teorizaron que los ojos hacen cerca de 100.000 fijaciones diariamente. Sólo una pequeña parte de estas fijaciones se experimenta de modo consciente. De alguna manera el contenido percibido subliminalmente es aislado y transformado para su reproducción posterior en los sueños. El descubrimiento sugiere que los estímulos inducidos de modo subliminal actúan con un efecto de reacción retardada de “alarma de reloj” o “bomba de tiempo” sobre el comportamiento.En 1919 Poetzle estableció una relación entre los estímulos subliminales, la sugestión poshipnótica y la neurosis compulsiva. Un individuo realiza los actos que se le han indicado o programado que haga sin ningún conocimiento de por qué está haciendo dichas cosas.“
El blanco y verde de las camisetas, el uso de los niños, el mensaje escrito en ellas, el matrimonio entre lo público y lo privado, la institución activa junto a la compañía inactiva, la falacia sin máscara. Se puede caer bajo, pero siempre hay límite para la decencia. A la vista de estas imágenes, el viejo chatarrero y sus cómplices se aproximan peligrosamente a las tácticas del Ministerio de la Propaganda y la Ilustración Popular, adecuadamente adaptadas a esta época de ¿nihilismo conformista?, ¿consumismo antiheroico?, ¿vulgar contubernio profranquista?